sábado, 5 de enero de 2013

Reportándome


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Reportándome

Un sacerdote,estaba haciendo un recorrido por la Iglesia, al medio día. Al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quien había venido a rezar. En ese momento se abrió la puerta. El Sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hacía varios días, vestía una camisa desgastada y tenía un abrigo gastado cuyos bordes se había comenzado a deshilar. El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días, el mismo hombre, siempre al medio día, entraba en la iglesia cargando una pequeña maleta... Se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir.

El sacerdote, un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó ¿ Qué haces aquí?. El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media hora libre para el almuerzo, guardaba su herramienta en la pequeña maleta y aprovechaba ese momento para rezar. " Solo me quedo unos instantes, sabe, porque la fábrica queda un poco lejos, así que solo me arrodillo y digo: "Señor, sólo vine nuevamente para contarte cuan feliz me haces cuando me liberas de mis pecados... No sé muy bien rezar, pero pienso en tí todos los días. Así que jesús, este es Jim reportándose".

El sacerdote, sintiéndose un tonto, le dijo a Jim que estaba bien y que era bienvenido a la iglesia cuando. El Sacerdote se arrodilló ante el altar, sintió derretirse en su corazón con el gran calor del amor y encontró a jesús, mientras lágrimas corrían por sus mejillas, en su corazón trataba de repetir la plegaria de Jim.

Cierto día el sacerdote notó que el viejo Jim no había venido.Los días siguieron pasando sin que Jim volviese para rezar.Continuaba ausente por lo que el Padre comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él, allí le digeron que él estaba enferno, que pese a que los médicos estaban muy preocupados por su estado, todavía creían que tenía un chance de sobrevir.

La semana que Jim estuvo en el hospital trajo muchos cambios allí, él sonreía todo el tiempo y su algría era contagiosa. La enfermera jefe no podía entender por que Jim estaba tan felíz, ya que nunca había recibido ni flores, ni targetas, ni visitas. El Sacerdote se acercó al lecho de Jim con la enfermera y ésta le dijo, mientras Jim escuchaba;"Ningún amigo ha venido a visitarte, el no tiene a donde rrecurrir".

Sorprendido el viejo Jim dijo con una sonrisa. Padre, "La enfermera está equivocada... Pero no puede saber que todos los días, desde que llegué aquí, al medio día, un querido amigo mío viene, se sienta aquí en la cama, me toma de las manos, se inclina sobre mí con amor me dice: "Solo vine para decirte Jim, cuan feliz fui desde que encontré tu amistad y te liberé de tus pecados. Siempre me gustó oír tus plegarias, pienso en ti cada día. así que Jim... Este es JESÚS REPORTANDSE".

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