domingo, 30 de junio de 2013

Cuando lo que nos duele es el Corazón



A cuántos de nosotros nos sucede que andamos por la vida con dolores de estómago, de cabeza o de pierna; por temporadas se nos quita el sueño, el apetito; tenemos dificultad para respirar y así por el estilo. Hacemos una lista de médicos: el del estómago nos manda mylanta, el de la cabeza tylenol, el del sueño lindormin. el del apetito un jarabe. Unos le dicen que haga ejercicio, otros que se alimente bien. ¿Esto funciona? Si, hasta cierto punto, por una temporada pero, eventualmente algo más aparecerá. Hay ocasiones en que nos duele hasta las uñas o el pelo. ¿ Qué es lo que pasa. Por qué esta predisposición a todas las dolencias habidas y por haber? Nos preguntamos si nos habrán alimentado bien, si el ambiente estará contaminado, pero no nos damos cuenta que lo que realmente nos duele es el corazón. ¿Por qué nos duele el corazón? ¿Como llego ese profundo dolor a las fibras más intimas de nuestro ser? Llego poco a poco: Carencias, necesidades no satisfechas, dudas no resueltas, incongruencias entre la naturaleza humana y lo que la sociedad nos a impuesto, situaciones en las que sentimos miedo, abandono, fueron arañando el corazón y le produjeron una herida profunda. Estas heridas tienen que ser atendidas,, tarde o temprano, no pueden permanecer sangrando toda la vida. Cuando parece que todo está bajo control, viene la crisis cual olas gigantes, forman una marejada que golpea con furia salvaje, sacude, alborota, despedaza, destruye. Cuando se aleja estas ahí, en la playa de tu vida desolada, temblando, preguntándote ¿Qué paso y por qué?



Para entonces se habrá llevado cosas, personas, y te deja expuesta, despojada de corazas y armaduras construidas alrededor de esta herida y te enfrenta por primera vez a tu interior dolido. Descubres que el único camino de recuperación es el volver atrás tratando de llegar a esas situaciones que fueron arañando el corazón y la única manera de sanarlas es enfrentándote a lo que te hizo daño y viviendo una vez más esas situaciones dolorosas, para ir entendiendo y cerrando esas heridas con amor. En este camino necesitas un guía que te de la mano. ¿Cómo saber a quién recurrir, para no caer en lo mismo? Lo que muchos no sabemos es que hay en el país profesionales dedicados que hacen un trabajo maravilloso, silencioso, sin aspaviento ni propaganda, su tarea es dar el apoyo necesario para realizar el proceso que es tuyo y de nadie más. Su trabajo ni siquiera es reconocido por los seguros privados, pero es válido, funciona.

                                                                                                                                        Cita: Alicia Pabón

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